“Sobran mamones y faltan cojones” le espetaba Bárcenas a de Cospedal en una reciente conversación, en relación a los casos de supuesta corrupción en el seno del PP”.
Señor Bárcenas, no sobran mamones ni mamonas, porque no hay cosa más placentera que mamar o ser mamado o mamada, auténtico gustiki (jerga predicable de Correa). Y tampoco faltan cojones, que ya nos han sobrado 40 años de gobernar a base de éstos, y vivirlos en ausencia de libertad y democracia. Lo que si sobran son ladrones, y no precisamente de gallinas, que estos sin bien que valen un libro: Rinconete y Cortadillo o el Lazarillo de Tormes. Si llegara el momento en que se publicara el libro “la canción del colacao” ya no quedaría en la Isla de la Calma, no ya romanticismo, sino vergüenza editorial. Y como ejemplo de escasez de romanticismo, tenemos la jerga utilizada por los protagonistas del caso Gürtel, la supuesta trama de corrupción política en el dintorno del PP. A saber, de “te quiero mucho hijo puta”- “yo a ti más”, hemos pasado al “aquí hay pelas y, si sale bien, hay pelas para todos. Una pastuki importante”.
Hemos llegado a un punto, que esta gente va a acabar dejando de ir a misa y, lo que es peor, utilizando pachuli. Mis amigos me dicen, que Conde Pumpido ha interesado la no prórroga de las diligencias informativas, que diligentemente se realizaban desde la Fiscalía de Baleares, porque al parecer en nuestra comunidad no se ha distraído Pastuki importante; otros me dicen que la persona que propuso al actual Fiscal General del Estado tiene la puerta abierta en FAES.
Hablando de puertas, el que ha abierto una digna donde las haya, y que os recomiendo que entréis es GADESO. Ha promovido un manifiesto en contra de la actitud de Conde Punpido en relación al Caso Jaime Matas. Entrando en la web de dicha fundación podréis secundar el mismo, y en palabras de Lluis Llach: tirar de nuevo de la Estaca. Es verdad que hasta que no se junten de nuevo los pobres no habrá izquierda, y por ende justicia social. O dicho en dialéctica anarquista, mientras haya ricos, habrá pobres, y por ende injusticia social.
Como creo que el director no me lee, ya no escribo más que hace “musha caló”. Si me lee, lo sabréis porque mi próximo artículo será el doble de extenso, en cualquier caso, os compadezco.
Pablo Alonso de Caso Lozano (abogado)